“Oyendo esto Dorotea, dijo callando a Cardenio:
-Poco le falta a nuestro huésped para hacer la segunda parte de don Quijote.
- Así me parece a mí –respondió Cardenio-, porque, según da indicio, él tiene por cierto que todo lo que en estos libros cuentan pasó ni más ni menos que lo escriben, y no le harán creer otra cosa frailes descalzos.
-Mirad, hermano –tornó a decir el cura- que no hubo en el mundo (…) caballeros semejantes que los libros de caballerías cuentan, porque todo es compostura y ficción de ingeniosos ociosos, que los compusieron para el efecto que vos decís de entretener el tiempo (…).
-A otro perro con ese hueso –respondió el ventero-. ¡Como si yo no supiese cuántas son cinco, y adónde me aprieta el zapato!”
Del capítulo XXXII de la primera parte.
Miguel de Cervantes.
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