5 jul 2010

Pigmalión (Bernard Shaw)

Acto primero

LA FLORISTA: (Recogiendo sus flores y volviendo a colocarlas en el canasto) ¡Vaya unas maneras que tienen algunos! ¡Moño, las tienen de...! ¡Y poco barro que hay! ¡Pues ya nos hemos ganao el jornal!
LA MADRE: No sea usted deslenguada, que mi hijo lo hizo sin querer.
LA FLORISTA: Anda, ¿conque es hijo de usted, señora? Bien. Pues mire: podrá usted pagarme las flores estropeás. No se figure usted que a mí me las regalan.
LA HIJA: ¡Pagarle las flores! No faltaba más; haber tenido usted cuidado.
LA MADRE: Ten juicio, Clara, que la chica sale perjudicada. ¿Tienes dinero suelto?
LA HIJA: No llevo más que una pieza de seis peniques.
LA MADRE: Pues venga. Toma, chica, por lo que te han estropeado.
LA FLORISTA: Muchísimas gracias, señora, y que tenga usted mucha saluz.
LA HIJA: Seis peniques tirados... No vale un penique todo el canasto.
LA MADRE: Calla, mujer, no vale la pena.
LA FLORISTA: ¡Qué buena es la señora! ¿Si toas fuan así...!
LA MADRE: Bueno. Pero otra vez no hagas tantas alharacas.
LA FLORISTA: ¿No ha de gritar una cuando la pisan un callo?