Acto II. Escena II
JULIETA: ¿Cómo has entrado aquí? ¿Con qué objeto? Responde. Los muros del jardín son altos y difíciles de escalar. Considera quién eres. Este lugar es tu muerte si alguno de mis parientes te halla en él.
ROMEO: Con las ligeras alas de Cupido he franqueado estos muros; pues las barreras de piedra no son capaces de detener al amor. Todo lo que éste puede hacer lo osa. Tus parientes, en tal virtud, no son obstáculo para mí.
JULIETA: Si te encuentran acabarán contigo.
ROMEO: ¡Ay! Tus ojos son para mí más peligrosos que veinte espadas suyas. Dulcifica sólo tu mirada y estoy a prueba en su encono.
JULIETA: No quisiera, por cuanto hay, que ellos te vieran aquí.
ROMEO: En mi favor está el manto de la noche, que me sustrae de su vista; y con tal que me ames, poco me importa que me hallen en este sitio. Vale más que mi vida sea víctima de su odio que el que se retarde la muerte sin tu amor.
2 comentarios:
¡Es precioso!!!!!!
Todo es precioso, el texto y la imagen, ¿la ha hecho usted?
Muchas gracias por tu comentario. Todas las fotografías representando escenas de teatro en este blog están hechas por mí. Si en algún caso no fuera así, lo indicaría y avisaría (si fuera posible) de quién es el autor.
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