27 mar 2014

Día Mundial del Teatro para Niños y Jóvenes 2014

Día Mundial del Teatro para Niños y Jóvenes, mensaje de John Kani
20 de marzo de 2014

Bajo el lema, “Lleva a un niño al teatro hoy”, este 20 de marzo se conmemora el Día Mundial del Teatro para Niños y Jóvenes. Este año esta celebración da un énfasis especial al pensamiento del recién líder y ex presidente sudafricano Nelson Mandela, quien creía que “que, si bien los niños necesitan una guía, también tienen el firme derecho de ser lo que ellos quieran ser, y que la sola manera en que lo pueden lograr es darles espacios para sus sueños y para que vivan sus sueños”. En este sentido, la Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud destaca que el teatro sirve para crear estos espacios en los que los niños pueden soñar y vivir sus sueños.

Este año la celebración coincide con el 25 aniversario de la Declaración de los Derechos de los Niños.

El mensaje conmemorativo de este año lo realiza el doctor John Kani, escritor, actor, director sudafricano, quien es además Embajador Global de las Artes.

Mensaje del Dr. John Kani

Nací hace setenta años. Crecí en el distrito racialmente segregado de New Brighton, a las afueras de Port Elizabeth. La vida para mí y para muchos de mis amigos consistía en despertar y, si tenías suerte, ir a la escuela. Si no, te pasabas el día vagando por aquella barriada marginal, mirando cómo se desperdiciaba tu vida bajo el muy cruel sistema de segregación racial llamado en Sudáfrica, mi país, el Apartheid.

Un día, nuestra maestra de inglés nos llevó a ver una producción del Macbeth de William Shakespeare en la Casa de la Ópera en la ciudad de Port Elizabeth. Bullíamos de entusiasmo. Ah, pero no, no por ver la obra; era una oportunidad de ir a la ciudad. Era el viaje en el autobús lo que anticipábamos con deleite. Nos sentamos en el teatro, las luces se apagaron lentamente en la sala. Subió el telón y ocurrió la magia. Fue mi primera experiencia en un teatro de verdad. Desde ese día en 1958, mi vida ya nunca fue la misma. No entendí mucho de la obra, pero estar en aquel teatro me hizo sentir que yo era parte de la magia que sucedía en el escenario. No pude dejar de hablar de la obra y de la experiencia de ese día. Incluso, por un momento me olvidé del Apartheid, hasta me olvidé de que vivía en un arrabal en donde podías ver y oler la pobreza. Me sentía transportado a un mundo nuevo, no sólo el de mi imaginación, sino uno más grande lleno de posibilidades. Sé que la educación es una llave para todas las puertas. El teatro le abre la puerta a tu propia imaginación. Desde ese día, me prometí a mí mismo que alguna vez estaría en aquel escenario, relatando todas las historias que mi abuela nos contaba cada noche antes de dormir.

Llevar a un niño al teatro es un regalo que hace fuerte al niño, le da el poder de querer ser escuchado. Hace que el niño, o niña, crea que también tiene una historia que contar y que un día la va a contar.

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